2010/05/22

Tus párpados


1

Me incomoda la conformidad que tengo
una simple desdicha a lo hecho, a lo escrito
lo dibujado, lo querido, hasta lo mundano de
un abrazo; con desgano.

Nunca me imagine tan sonriente
mira que tanto así te quiero
aplaudo tu brillante sencillez
la aguda voz mañanera del "buenos días".

Me pongo quisquillo al preguntarme
¿acaso estará descalza? ¿leyendo revistas
alusivas al consumismo de la moda?

Y no me importa, que sólo pienso
en tus manos suaves, la finísima
capa de epidermis que las cubre.

2

Me canso de vez en cuando
de pensar en tu tibia desnudez
abrasar esos pesados hombros
la delicada espalda
los pechos intocables
tus muslos nuevos
besarte los párpados
lento, se para el tiempo, no habrás los ojos.

Hace mucho de la perspectiva
esos sueños de estar juntos
la vida diaria me asusta
me retraigo, prefiero quedarme viendo el techo
recordar las risas pequeñas, pequenisimas.

3

Sí era la situación amarte eternamente
promesa/juramento irrompible
yo y mi cansina estupidez
nunca dejará de hacerlo,
darte un masaje en los pies
leerte un libro
probablemente prepararte un té de limón.

Pero llegabas, me besabas la frente
decías "¿algo especial para cenar?"
y destapaba el vino, y no comiamos
cenabas de nectar, me saciaba de tu escencia.

Sólo te besaba los párpados
no decías nada, asumía mi rol
como experimentado en esas vacilaciones
monstruosas; las del amor.

Sabía que gemías
pero sólo quería besarte
los pies
las manos
los muslos
el púbis ardiente
tus párpados.

2010/05/19

Excoriātus (No estás deprimido, estás distraído)



Sería como una estupidez decir que la muerte es sólo el comienzo, si nunca nada empezo. La correción es lo necesario para el delirio que te deja catatónico, acomplejado. Descontento con haber nacido. Necesitas tu nombre en los papeles que mueren. Se pudre todo. No confías sólo en las personas que conociste. Te vas sin lo humano. No hay resurección del papel. Es fiable, pero no por la eternidad. Te sientes distraído y con los signos del sueño. No hubo valor para desatarte de la venda estorbante, tu traje esplendido. Enterrado.

"No estás deprimido, estás distraído"

Me trate de asfixiar con las evoluciones de estás manos, llenas de cicatrices. Las lágrimas son lubricante. Todas las pinturas, son de agua. Los reflejos, destellos. De uno mismo nacé, el estorbo de nuestra naturaleza. Pozos sin fondo. Escalera a lo alto de esto. No hay nada. Un pestañeo me devolvio, jalandome con presión. La fuerza del búfalo es inmensa, pero más inmensa es su (dominante) paciencia. No hay corriente. Ella fluye. Lo disimula y se apea. Delicadamente. Camina de puntas, le estorban los zapatos. Todo en ella es placer. La vanidad no existe y su mirar... desconcerta. Todo está prohibido. El libido impulsa. Pretende a la llama. Arde, pero se aquieta. Cuando pasa, desconcierta. Me contraigo. Aguanto la respiración. Soy un buzo a la intemperie. Se aleja cantando...

Siempre devoro los días
así que lo alimente,
el último suspiro me robaría.

La tempestad fue su calma,
yo su camino,
mira al jovén, su andar distraido.