2011/06/05

Virginia en la mente de Bernard.



"Deja que te cree. (Otro tanto has hecho tú por mí.) Yaces en esta ardiente orilla, en este bello y muriente pero todavía luminoso día de octubre, contemplando cómo pasan flotando las barcas, barca tras barca, a través de las peinadas ramas del sauce. Y quieres ser poeta, y quieres ser amante. Pero esa esplendente claridad de tu entendimiento, y la inquebrantable honradez de tu intelecto (a ti debo estas palabras latinas; esas cualidades tuyas me ayudan a rebullir inquieto y a ver las zonas manchadas y desgastadas de mi atuendo) te detienen. Te niegas al engaño. No nublas tu ser con rosadas nubes, ni amarillas."


Virginia Woolf, Las Olas (pág. 66).