2011/07/03

Indeciblemente.

He terminado de leer "Las Olas". Por fin. También hace mucho tiempo que no escribo nada en este blog, más de un mes. No sé porque, no tengo idea, no me pregunten, posiblemente les conteste que he estado haciendo algo más interesante que sentarme a escribir mis desvaríos.
Así que les traigo otra cita de este hermoso y tedioso libro.

"Señor, ¡cuán indeciblemente asquerosa es la vida! Qué sucias jugadas nos hace. Un momento somos libres, y en el momento siguiente somos esto. Aquí estamos, una vez más entre migas de pan y servilletas manchadas. Este cuchillo ya se congela de grasa. El desorden, la sordidez y la corrupción nos rodean. Nos hemos llevado a la boca cuerpos de pájaros muertos. Es con esas grasientas migas, babeadas en las servilletas, con estos menudos cadáveres,con lo que tenemos que construirnos. Siempre vuelve a empezar. Siempre hay enemigo. Ojos que miran los tuyos. Dedos que se enlazan con los tuyos. El esfuerzo de esperar. Llama al camarero. Paga la cuenta. Debemos levantarnos de la silla. Debemos ir en busca de nuestros amigos. Debemos irnos. Deber, deber, deber... Detestable palabra. Una vez más, yo que me creía inmune, yo que había dicho "Me he liberado de esto", me doy cuenta de que la ola me ha revolcado, me ha puesto cabeza abajo, ha esparcido todas mis posesiones, obligándome a recoger, a reunir, a amontonar, a hacer acopio de fuerza, levantarme y hacer frente al enemigo."

Virginia Woolf, "Las Olas." página 221.