2010/01/29

No reconozco.


Es esa maldita desesperación que me entra cada vez que voy (por fin) a cerrar los ojos, aquella misma desesperación de llegar más rapido a la mejor parte de la duradera canción, aquella falsedad del sueño y aquél suspiro esclarecedor. Siento que aún estoy en mi habitación, dormido en mi cama, siento como si recordara algún olor, como si recordara un viento que lleva un nombre que aún no vislumbro o un no lo he aprendido, una figura que al momento me doy cuenta, una figura femenina, un olor a alpaca con orquideas llega sabiendo que realmente lo reconozco y lo reconocería donde fuera, una canción empieza a resonar, no es ninguna conocida, pero el sonido es parecido a la melancolía, nomás veo en mi cama su bosque de pelo negruzco como la penumbra de su ser, ondulaciones como si fuera un rio y tan largo que roza por debajo de sus caderas, en ese punto donde la llama empieza a encender.

No veo más que mi cama con las sábanas cambiadas, un colór claroscuro tal vez un naranja apagado, y destellos de luces alrededor nuestro, no hay nada más, ni nadie más, no he logrado ver su rosto, solo veo un perfil perfecto pero no logro distinguirlo, de pronto se voltea, una cara con un semblante tan serio, tan sombrio se queda como petrificado al observarme, lo admitire, tuve un miedo tan grande de que hubiera algún reclamo, algún desperfecto, alguna cosa que hay que decir, un simple ¿qué pasa?, una sonrisa finjida o una expresión sin deseos. Pero no nada de lo que predije ocurrio, simplemente veía sus ojos grises e inexpresivos, se acerca un poco más a mi cara y una sonrisa amorosa proyecta, tambien sonrío, un pequeño beso en los labios y de pronto me abraza, se queda dormitando en mi pecho, me dice que mi corazón se escucha muy fuerte, yo sin deambular me quedo sin nada que decir, acaricio su pelo, su hermoso pelaje negro me recuerda como si fuera de mentiras, huelo su fragancia, si, de ella era la fragancia, alpaca y orquideas, una sensación de familiaridad me invade, su cuerpo lentamente se desprende del mio y queda en la misma posición que yo, doy un pequeño giro y la veo a la cara, sus parpados cerrados, el ritmo de su respiración, pero no escucho latir su corazón, una avalancha de escalofríos uno tras otro, le pregunto el porque de su corazón, no responde solo me mira y besa mi frente, yo como inundado de alegría la abrazo de nuevo, de pronto siento su pecho, el contorno de sus pezones, sin malicia solamente como si estuviera acariciando una parte de su cara, veo que abrío los ojos otra vez, está ves un hermoso purpura en sus pupilas y me dice; -Yo te amo, ¿es acaso que tu no lo haces?- dijo con parsimonia, sin la más leve apuración en su voz, una total paz. Sin parecer idolatrado por el bellisimo sonido de su voz le dije -No te conosco, pero se quien eres.- asumí como cansado.

No se ocupo hablar más, simplemente nos quedamos como dos lineas verticales yo abrazandola por la altura de su bello pecho, rozandola, al fín me duermo...

No hay nadie, me siento desolado, como una alma vacia, como un recuerdo modificado, como una maldición sin completar, una luz se filtra por las persianas entreabiertas, un recuerdo se disuelve o ¿fue verdadero?. Solo contemplando la nueva aurora salir por entre las montañas abarrotadas de verde, yo estatico recordando lo que ha pasado, tal ves fue real.

1 comentario:

  1. Y que la soledad siempre desespera en la noche. Dificil poder asumir/olvidar/digerir/ que ya esas pieles no jugarán mas por las sabanas.
    Bonito.-
    Muchos saludos.

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