Como puede ser que la mayor organización sin pensamiento pueda estarse acabando, gracias al pensamiento del progreso, esa ambición del querer más e inventar cosas que no son necesarias, pero ahí es donde se encuentra la clave de todas las exterminaciones, donde cada rama se conecta con otra flor o gran árbol, sin darnos cuentan mandan señales desesperadas de una ayuda, a personas cegadas por los conocimientos que sólo les ha servido para poder saciar algo que nunca se llena; la mente.
A ella que creemos tan poderosa, que para mi el canto puede romperme cualquier pensamiento, aquéllas melodias desesperadas de dolor en medio de los bosques, esos nativos que aprendieron el egoismo y empezaron a matar por tierras que nunca han sido de nadie, pero ahora las venden, venden el planeta, todo tiene un precio, hasta tu; mira que vales caro, pero se te puede comprar, que los medios de comunicación son comprados, todo ya, para mi que se ha vuelto tan superfluo que quisiera gritar ese paroxismo, pero las estirpes te dictan que está mal y la madera ya no se corta en luna llena.
Aunque creemos grandezas, las únicas que no se detienen no valen nada.
El sólo ser tu mismo, pero tu verdadero yo, no ese yo que aisla la capacidad de pensamiento; yo soy de esas personas que cualquier cosa imaginaria que pregone la detienen simplemente porque no es correcto, es estupido, que eso jamás pasara, pero mi pensamiento único me levantara cuando las llamas sabias de la verdadera identidad arrasen con todo, quedare postrado, que aunque me quemen, podre aguantar el sufrimiento de las ideas compartidas.
Dicho esto, todos quieren ser parte del árbol, yo quiero ser un árbol aparte, no importa que este solo y rodeado de nieve, tendre miles de hojas, cientos de ramas, decenas de raíces que me acompañan como aveces aquéllos ruiseñores y búhos que pasaran las noches heladas entre mis hojas y ramas.
Razón V: No desees saber más de lo que sabes, todo llegara en el momento preciso, no te apresures, respira.
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