2010/08/20

Darse cuenta.



¿Qué le podían otorgar esos ojos, si no únicamente miradas ausentes?
Ella se dio cuenta de todo, envolvío las cartas del que alguna vez le prometio lo que se promete después de los orgasmos.
Las cartas se hicieron cenizas y los recuerdos esclavos del viento.
No hubo una noche con una luna tan grande.

No hay comentarios:

Publicar un comentario